El presidente decreta el estado de emergencia, convoca elecciones anticipadas, establece el toque de queda y advierte de que las fuerzas de seguridad "usarán las armas si es necesario"
Las bofetadas de un policía a un tendero el pasado 17 de diciembre ha derivado en una de las mayores crisis políticas de la historia de Túnez. Uno de los países africanos más apreciados por Occidente ha vivido hoy el penúltimo terremoto político tras varias semanas de disturbios, manifestaciones y protestas, que se han saldado con varias decenas de muertos.
La presión popular ha conseguido lo que parecía imposible: que el presidente Abidine Ben Alí, que tomó el poder mediante un golpe de Estado enmascarado, haya huido del país.
La de este viernes ha sido una jornada frenética: nuevas protestas han llevado a Ben Alí a destituir a todo su Gobierno y ha prometer que convocaría elecciones... dentro de seis meses. Una promesa poco creíble de una persona que no ha dudado en actuar con dureza en momentos de máxima tensión. De hecho, hoy el Gobierno ha decretado el Estado de Emergencia en el país, ha impuesto el toque de queda desde las 17.00 pm hasta las 6.00 am y ha advertido de que las fuerzas de seguridad "usarán las armas si es necesario". También se ha cerrado el espacio aéreo del país.
Ben Alí será relevado en el cargo de forma interina por Mohamed Ghannouchi, hasta ahora primer ministro.
"El presidente ha ordenado al primer ministro Mohamed Ghannouchi la creación de un nuevo Gobierno. Además ha decretado el estado de emergencia para proteger a los ciudadanos de los disturbios", asegura la televisión estatal.
El estado de emergencia implica que las reuniones en las que haya tres o más personas quedan prohibidas y que las fuerzas de seguridad podrán usar sus armas en caso de que un sospechoso no se detenga cuando se le pida que lo haga.
La huida del presidente ha sido la única salida que ha encontrado ante la presión popular que, desde el mes pasado ,exigía su salida del Gobierno y a la que las fuerzas policiales han respondido con una violencia desmedida provocando decenas de muertos.
Hoy mismo una manifestación masiva en la calle principal de la capital ha sido disuelta violentamente, con varios manifestantes, menores, ancianos y periodistas heridos.
Las protestas contra el alto precio de los alimentos y el desempleo se han sucedido en diversas ciudades tunecinas, entre ellas su capital, Túnez. Durante las mismas se ha pedido de forma insistente la dimisión del presidente. Muchos de los participantes en las protestas dijeron que estaban hartos del desempleo, la falta de libertad y el enriquecimiento de una pequeña élite con Ben Ali.
En un intento por reconducir la situación que ha resultado en vano, el presidente tunecino, aseguró el jueves que se marcharía al finalizar su mandato en 2014, en medio de los peores disturbios civiles de sus 23 años de gobierno.
Los enfrentamientos entre manifestantes y policías en las últimas semanas han provocado 23 muertos según el Gobierno, pero la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), con sede en París, dijo que tenía los nombres de 66 fallecidos.
Sólo en las manifestaciones de anoche al menos trece personas murieron y cerca de 50 resultaron heridas en Túnez capital y en la ciudad de Ras Jebel, en el norte del país, según fuentes médicas.
España adopta una postura tibia
El Gobierno español ha dado su apoyo a la decisión de convocar elecciones anticipadas en Túnez. El Ejecutivo español, a través de un comunicado de la Dirección General de Comunicación Exterior, considera que estas medidas "marcan la línea adecuada, en la que debe profundizarse, para restablecer la normalidad y contribuir a un futuro mejor para Túnez".
Mohamed Bouazizi
El detonante de las protestas y, como consecuencia, de la caída de Ben Ali, fue el suicidio público el pasado 17 de diciembre de Mohamed Bouazizi, un joven universitario que se inmoló como protesta tras ser abofeteado y obligado por las autoridades a dejar su negocio.
Su trágica muerte fue el detonante de unas protestas que comenzaron en esa misma ciudad y se extendieron por todo el país después, con los estudiantes a la cabeza levantados por la alta tasa de paro (en torno al 15%) y por el ascenso en los precios de los alimentos.
El Gobierno reaccionó de manera violenta contra los manifestantes, desplegando desde el primer día un dispositivo policial sin precedentes y autorizando a los agentes a disparar contra los manifestantes.
http://www.publico.es/internacional/356275/ben-ali-abandona-tunez-y-el-ejercito-toma-el-poder
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