Días atrás, ofrecían la información por un noticiero de la televisión local, del descubrimiento, en un concurso efectuado en la Alemania nazi donde se escogió la niña más pura y bella de “la raza aria” -con el perverso objetivo de demostrar la superioridad de esta-, y que se había seleccionado por error, una de origen judío, Según informaron, esto fue revelado muchos años después.
La amplia divulgación de esta noticia, proveniente de los grandes medios de información occidentales, ocurría en momentos, en que bombas de fragmentación antipersonales y de fósforo vivo, lanzadas por aviones F-16 de origen estadounidense, asesinaban a decenas de niños palestinos en Gaza.
Y sucede que los grandes medios de información que imponen matrices de opinión en el “mundo desarrollado”, están por lo general, en manos de los sionistas. La FOX News, por citar solo un ejemplo, la más grande cadena de noticias de los Estados Unidos, viene a ser como el vocero más importante de estos, pero ellos son predominantes también en muchos otros medios, en las grandes empresas cinematográficas, agencias de prensa, sectores de la cultura, etc… Ello es lo que hace que a más de medio siglo de finalizada la Segunda Guerra Mundial, continúen hablando y escribiendo del llamado “holocausto”, tal como si este hubiera ocurrido ayer o estuviera sucediendo todavía. Y no es que aquellos sucesos no hayan sido repudiables, por supuesto que lo fueron, y tanto como lo son los que se cometen hoy día contra los palestinos y otros pueblos árabes.
Pero no es casual que repitan una y otra vez lo que hiciera la Alemania nazi al pueblo hebreo en la década del 40, es una política perfectamente dirigida a tratar de justificar los crímenes que el sionismo realiza ahora. Y al final, se trata de un odio y una venganza ciega, pues no fueron ni palestinos ni árabes quienes practicaron crímenes contra los judíos en Europa. El fascismo en Alemania se desarrolló en una sociedad predominantemente cristiana y la persecución de la población de religión judía en Europa en siglos anteriores, los llamados “progroms”, tuvieron lugar en la Rusia zarista y en otros países de Europa oriental y central. Antes, la Inquisición dirigida por la Iglesia Católica, los había perseguido con especial saña, y es muy paradójico que quienes les ofrecieron refugio, fueran precisamente países musulmanes del Mediterráneo.
Es habitual ver que, cuando se conmemora alguna fecha relacionada con el despojo de los derechos palestino; con la creación del enclave sionista en tierras palestinas, o cualquier otro hecho similar, aparezcan en nuestras televisoras o en otros medios de prensa occidentales, películas u otras informaciones que tratan de sensibilizarnos con la “tragedia del pueblo judío”. Ello no es fortuito, son hábiles y poderosos propagandistas, que vinculados al poder hegemónico de los Estados Unidos, trabajan de forma consciente y coordinada con estos objetivos.
Confieso que siento cierto rechazo cuando me repiten una y otra vez la historia del Diario de Ana Frank o películas sobre los campos de exterminio nazi, la “Lista de Schindler” o me hablan de Dachau o de otros crímenes. Tal vez yo estoy especialmente sensibilizado por haber visitado Qana en el sur de Líbano, donde los sionistas bombardearon un refugio de la ONU en 1996, masacrando a 111 civiles que se guarnecían allí, la mayoría niños, mujeres y ancianos.
Me encontraba en Bagdad en marzo de 2003, y pude ver los indiscriminados bombardeos de los agresores estadounidenses. Visité hospitales donde se apilaban decenas de muertos y heridos, personas del pueblo, muchos de ellos quemados por bombas incendiarias. Estuve en un hospital para niños en la ciudad de Basora, donde había cientos de estos, carentes casi de atención por falta de medicamentos y los equipos necesarios para atender la leucemia que padecían producto del uranio empobrecido que los bombardeos y la artillería yanqui y británica habían esparcido por toda la región. También había cientos de niños nacidos con malformaciones por las mismas causas.
Ahora aprovechan el incidente del asesinato de tres jóvenes que habitaban ilegalmente en Cisjordania, lo cual tiene características de ser una provocación, para ensañarse de nuevo con el sufrido pueblo palestino, especialmente en Gaza, alimentando de paso el fanatismo judío. Lo hacen además, en momentos en que la región está sumida en un grave deterioro y la solución del conflicto y la paz, parecen estar más lejos que nunca. Esto es perfectamente compatible con el plan estadounidense de crear una situación que califican como “caos constructivo” en toda la zona, lo cual les permitiría intervenir más fácilmente y utilizar “pretextos humanitarios” para imponer su hegemonía.
En noviembre de 1947, cuando fue aprobada por la Asamblea General de la ONU la resolución 181, que dividió la Palestina histórica en dos estados y posibilitó la creación del enclave sionista, el delegado cubano en la ONU, quien se opuso a tal decisión, ofreció argumentos donde pronosticaba la situación que este hecho propiciaría en el futuro: “…sobre la injusticia nunca podrá asentarse la paz y la cordialidad entre los pueblos.” “Los hebreos son a nuestro juicio, extranjeros en la tierra de Palestina. Un gran número de hebreos que ya han ido o quieren ir a Palestina, jamás estuvieron en esa región, pero aun en el caso de que los remotos antecesores de todos ellos hubieran nacido allí, es indudable que abandonaron dicha tierra hace tanto tiempo -para establecerse en otros países- que sus descendientes han dejado de pertenecer a Palestina.” El representante cubano era un prestigioso profesor de Derecho Internacional y conocía muy bien de qué estaba hablando. Cuánta razón le ha concedido la historia.
Ahora, los que estamos conscientes de esta situación, no podemos hacer menos que indignarnos ante el cinismo y la complicidad de aquellos que todavía, de forma predominante en las sociedades occidentales, permanecen con su silencio cómplice ante tales crímenes y no actúan contra gobernantes que cuando menos, deben ser enjuiciados como mentirosos criminales de guerra. Cientos de miles de iraquíes, sirios, palestinos y habitantes de otros pueblos de la región, han muerto, sufrido heridas, o han debido desplazarse o buscar refugio en los más remotos lugares, debido a las mentiras utilizadas como justificaciones, por gobernantes asesinos que como George W. Bush, B. H. Obama, Natanyahu, Blair, Aznar y otros, que a pesar de los muertos que cargan, pretenden tener sus conciencias limpias.
No hay mayor terrorismo que despojar a todo un pueblo de sus tierras y sus legítimos y elementales derechos a la existencia.
Pero el mundo evoluciona y poco a poco se abre paso la verdad que permitirá aplicar la justicia. Natanyahu dijo ahora, en conferencia de prensa, palabras similares a las que pronunció Adolf Hitler cuando bombardeaba Londres: “La presión internacional no frenará la ofensiva contra Gaza.” Pero a él y a los sionistas les espera el mismo destino que tuvieron los nazi-fascistas.
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