Al parecer, el tal Satter pertenece a un think tank de derechas conocido como Instituto Hudson en el que el entonces jefe de la CIA ya avisó de la importancia de eliminar a los confidentes que revelan secretos oficiales.
La semana pasada, el abogado de Snowden, Anatoly Kucherena, solicitó al gobierno de Putin una mayor protección para él, dados las continuas amenazas de muerte recibidas, particularmente ésta de un funcionario norteamericano. Algunos miembros del Congreso calificaron a Snowden recientemente de “espía ruso”.
Todo ello es buena prueba del creciente miedo que las revelaciones de Snowden está suscitando entre las corruptas élites norteamericanas y la sospecha de que pudiera tener todavía cosas “más fuertes” [como documentos sobre el 11-S y la presencia extraterrestre, el añadido es de Rafapal].
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