EE. UU. tuvo la oportunidad de prevenir los ataques que ocurrieron el 11-S de 2001 en Nueva York, pero no lo consiguió debido a las disputas internas entre sus servicios de inteligencia. Esta noticia, sin embargo, es percibida por los expertos como un nuevo truco para desviar la atención.
En 1999 los talibanes acordaron una licencia con la compañía estadounidense Afghan Wireless Communications para construir un sistema de telefonía móvil e Internet en Afganistán.
El convenio, que se denominó 'Operación Foxden', le habría dado al gobierno de EE. UU. el control de todas las llamadas telefónicas y correos electrónicos de Al Qaeda y los talibanes.
"Si esta red hubiera sido construida con la tecnología que existía en el año 2000, habría sido una ventaja inestimable de la inteligencia", dijo un ex funcionario no identificado de la Agencia de Seguridad Nacional a David Rose, editor colaborador de la revista Vanity Fair.
Según el informe de Rose, Ehsan Bayat, un empresario afgano-estadounidense de telecomunicaciones, fue un factor clave para que los talibanes acordaran crear una red tan extensa.
Un 'espía' entre los talibanes
Bayat que también fue una fuente de contraterrorismo del FBI entabló estrechos lazos con el grupo militante islámico y sus líderes.
Afghan Wireless de Bayat también contaba con el respaldo de los socios británicos Stuart Bentham y Lord Michael Cecil.
"El plan era sencillo", dijo el ex secretario de Interior en la sombre David Davis a The Guardian.
"Debido a que los talibanes aspiraban a tener equipamiento estadounidense en su nueva red de telefonía, esto le hubiera permitido al FBI y la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) construir circuitos adicionales en todos los equipos antes de que fueran trasladados a Afganistán para su uso", agregó Davis.
Pero el proyecto tropezó con numerosas dificultades y entre ellas las divergencias entre el FBI, la NSA y la CIA.
Según los informes, la CIA quería el control total sobre Afghan Wireless y no quería ninguna participación británica.
Finalmente, todos los obstáculos se eliminaron y el proyecto se lanzó tres días antes de los ataques de Al Qaeda.
"¿Por qué no lo hemos aplicado? Porque no logramos ponerse de acuerdo", dijo el funcionario de la NSA a Rose.
¿Nueva farsa?
Mientras tanto hay expertos que afirman que se trata de un truco de EE. UU. y sus aliados para enmascarar la realidad sobre el atentado del 11 de septiembre.
"Creo que es una forma sumamente compleja en que estas noticias aparecen de repente y no hacen más que desviar la atención para que los tontos sigan pensando que fueron Al Qaeda yOsama bin Laden los probables perpetradores del atentado del 11 de septiembre, que fue tan útil para la geopolítica expansionista norteamericana, británica e israelí. Hay que buscarlos más cerca de casa. Probablemente dentro del propio EE. UU. y sus aliados", le dijo a RT el analista internacional Adrian Salbuchi.
http://actualidad.rt.com/actualidad/ee_uu/issue_38059.html
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