La administración de una escuela pública en Fremont (estado de Nebraska, EE. UU.) prohibió a Elizabeth Carey, una alumna de 12 años, llevar un rosario a clase, generando una considerable polémica sobre las libertades personales.
La escuela asegura que la prohibición se debe solo al hecho de que algunas pandillas utilizan el rosario como símbolo de su grupo. No obstante, el caso atrajo la atención de la principal organización de defensa de los derechos civiles en el país, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés). La organización estima que esta medida viola los derechos de la niña a profesar su fe, recogidos en la primera enmienda de la Constitución estadounidense.
Amy Miller, directora legal de la ACLU en Nebraska, informó que la organización está familiarizada con la situación de las pandillas que se crean en los colegios, pero las escuelas deben demostrar que existe una conexión real con estos grupos “antes de limitar la libertad de expresión de los estudiantes y sus derechos religiosos”. La iglesia también expresó su protesta contra la medida.
El superintendente de las escuelas públicas de Fremont, Steve Sexton, afirma que la cuestión no tiene ningún trasfondo religioso y que la única preocupación de la administración es la seguridad de los estudiantes, y piensa que los medios de comunicación exageran el asunto.
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