lunes, 25 de abril de 2011

Decenas de miles de manifestantes mantienen viva la protesta en Marruecos

Se trata de la tercera jornada de grandes manifestaciones, después de las del 20 de febrero y el 20 de marzo, que concentraron a un mayor número de gente. Pierde fuerza, por lo tanto, el movimiento, aunque la llama de la protesta sigue viva en más de un centenar de ciudades. Las manifestaciones se han desarrollado de manera pacífica.

Casablanca ha sido la primera gran ciudad que ha salido este domingo a la calle para continuar con las protestas que reivindican reformas democráticas en el país. Después de la capital económica, ya por la tarde, miles de manifestantes poblaron el barrio popular de Yakoub el Mansour, en Rabat. De esta marcha destacó sobre todo la gran presencia de salafistas y otros islamistas. No es la primera vez que integrantes de este tipo de grupos religiosos acuden a las protestas del Movimiento del 20 de febrero, aunque sí de manera tan numerosa. Las medidas de gracia aplicadas la semana pasada por el rey Mohamed VI a 190 presos, entre ellos, muchos islamistas, han empujado a estos colectivos a pedir la liberación de los detenidos políticos en cárceles marroquíes. Entre ellos, aquellos acusados por los atentados terroristas contra la Casa de España, en Casablanca, en 2003. "Hemos venido aquí a exigir su liberación porque no fueron ellos, fue la policía marroquí, y esto no lo sabe nadie", asegura Hamza Errafik, un joven salafista de 14 años, recién llegado de Zumárraga (Guipúzcoa), donde ha vivido hasta ahora. "Me mudo a Marruecos para continuar con la protesta, porque mi tío lleva en la cárcel desde 2002 y no ha hecho nada", continúa, asegurando además que "no tengo miedo a que me puedan detener por decir esto". Errafik sostiene también que él y sus compañeros piden "el cierre de Temara", en referencia al supuesto centro de detenciones ilegales situado en esta localidad limítrofe con la capital Rabat.

En cuanto al sistema político que desean, los islamistas no han querido concretar nada, ya que "nuestras reivindicaciones inmediatas se basan en la liberación de muchos inocentes que han sido encarcelados de manera completamente ilegal", afirma a la Cadena SER el salafista Reda Benatmane, que, sin embargo, subraya que "nos oponemos al régimen actual".

Otra importante novedad de las protestas de este domingo es el emplazamiento donde han tenido lugar las marchas, que, por lo general, han abandonado los distritos centrales de las ciudades, para desplazarse a barrios más populares. En un ambiente pacífico, los jóvenes del 20 de febrero han liderado estas protestas, controladas por cordones de personas que han protegido los comercios. "No queremos que se desborde y que se produzcan episodios violentos como en otros países árabes", sostiene Amari, uno de los integrantes en Casablanca de estos "muros humanos" de protección.

La mayoría de los asistentes han tildado de "insuficientes" las reformas prometidas por el rey Mohamed VI en su discurso del pasado 9 de marzo, aunque otros las han calificado de "muy buenas", pero que necesitarán "ser realmente implantadas". Estas reformas han sido confiadas a una comisión de revisión de la Constitución, elegida por el soberano. Este comité contactó hace semanas a los jóvenes del Movimiento del 20 de febrero, organizador de las manifestaciones, y a la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), para escuchar sus propuestas, pero ambos colectivos rechazaron su participación porque "no se trata de una comisión elegida por el pueblo".

Entre los manifestantes, destaca también la asistencia de partidos políticos, como la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), presente en la coalición gubernamental, o los islamistas moderados del Partido Justicia y Desarrollo (PJD). Mustafá Ramid, presidente del Consejo Nacional del PJD ha asegurado a la Cadena SER que ha acudido a la manifestación "en nombre de su partido" para "pedir una aceleración de las reformas positivas anunciadas por Mohamed VI" y también para exigir un cambio en el sistema con el objetivo de alcanzar una "monarquía parlamentaria".

Ésta ha sido una de las principales reivindicaciones presentes en todas las marchas, además del fin de la corrupción, la disolución del Gobierno y del Parlamento y el control de los precios. En otras ciudades como Sefrou, Taza, Marrakech o Tánger, decenas de miles de personas se han sumado a las protestas, que han visto descender su seguimiento en número pese a que ha estado presente en más de un centenar de localidades.

El futuro no está claro. De momento, el Movimiento del 20 de febrero ha confirmado su presencia en las manifestaciones del 1 de mayo, cuando "apoyarán a los sindicatos", afirma Hakim Sikouk, integrante del colectivo. Después, "ya no habrá más protestas mensuales, sino que nos concentraremos todos los días delante del Parlamento", concluye.

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